Severiano Ballesteros ha sido despedido esta mañana en un funeral multitudinario en su localidad natal, Pedreña (Cantabria), al que ha asistido una alta representación del mundo del golf, con el número uno del mundo, Lee Westwood; cuatro excapitanes de la Ryder Cup, Sam Torrance (2002), Nick Faldo (2008), Bernard Gallacher (1991 y 1995) y Colin Montgomerie (2010), además del próximo, el español José María Olazábal (2012); e incluidos un grupo de aficionados llegados desde Reino Unido y Escocia para mostrar su admiración por el golfista. La iglesia de San Pedro ha acogido las exequias a las 13.00. A la misma hora, los 422 clubes de golf de España han guardado un minuto de silencio.
La población de la Bahía de Santander, de apenas 1.480 habitantes, se ha visto desbordada por una multitud que ha acudido a despedir al mito. La iglesia solo ha podido acoger a 300 personas (familia, amigos íntimos, personalidades del golf y autoridades), el resto han tenido que seguir el funeral a través de las tres pantallas gigantes instaladas fuera del templo.Las cenizas de Seve, fallecido en la madrugada del pasado sábado a los 54 años por un tumor cerebral, han salido de su casa de Pedreña a las 12.50, portadas por sus hijos hasta la parroquia. La comitiva ha sido acompañada por el equipo de remo de la localidad y un grupo de niños y niñas que vestían el uniforme de la Fundación Seve Ballesteros con el color favorito de golfista, el azul marino, y llevaban un hierro 3, palo con el que el cántabro comenzó a jugar cuando era niño.Finalizada la ceremonia, las cenizas han regresado a la finca de Seve, llevadas por sus hermanos, para depositarlas junto al magnolio que él mismo indicó. Una vez en su casa, y 10 minutos después del acto familiar y privado que ha tenido lugar en su interior, varios representantes de la familia han salido a recibir y dar las gracias a las personas que se han desplazado hasta Pedreña.
En la despedida también han estado presentes otras personalidades de diferentes ámbitos (Emilio Butragueño, Enrique Ponce o Miguel Indurain) ynumerosos representantes políticos (la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, gran aficionada a este deporte; el de Cantabria, Miguel Ángel Revilla; el nuevo secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler; o el presidente del COE, Alejandro Blanco).Mientras, el golf sigue homenajeando a uno de los más grandes de la historia. Tiger Woods, por ejemplo, ha recordado lo "divertido" que fue ver jugar a Seve: "Cuando tiraba recto era virtualmente imbatible. Nunca has visto a una persona competir desde los lugares que él lo hacía y no hay un mejor ejemplo que cuando jugó con Lehman en Oak Hill (Ryder Cup 1995). Ballesteros perdió, pero la forma en la que jugó fue perfecta". Phil Mickelson, por su parte, lo ha calificado de "artista". "Demostró que no hay que ser robótico hacia el fairway o la mitad del green. Fue fantástico verle y poder tener una amistad con él", ha señalado.
Fuera del mundo del golf, Miguel Indurain, amigo suyo, ha recordado a las puertas de la iglesia que Ballesteros le regaló en su día unos palos de golf que, sin embargo, todavía no ha utilizado porque no es un deporte "que le llame la atención". El exciclista ha valorado "la lucha que siempre demostró en el campo" y su carácter "pionero".
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